El gato más grande de América del Sur es adaptable y puede soportar las condiciones del desierto, así como pantanos y selvas tropicales. Y en realidad no le tiene miedo al agua. Sin embargo, prefiere los pies secos cuando el agua en sus áreas de vivienda sube bruscamente. Así lo demuestra un estudio de Emiliano Ramalho del Instituto de Desarrollo Sostenible Mamirao y su equipo. Fue publicado en «Ecología».
La Reserva de la Selva Mamirao, con un área de más de 11.000 kilómetros cuadrados, se encuentra entre el Amazonas y el río Japure. Todos los años, durante la temporada de lluvias, la mayor parte está bajo el agua porque los ríos se desbordan en sus orillas y llenan el bosque con llanuras aluviales. En este punto, sin embargo, los jaguares no se retiran a las tierras altas, sino a las copas de los árboles de la zona, donde pasan todo su tiempo. Los residentes locales contaron a los investigadores sobre el comportamiento, que comprobaron con trampas fotográficas y collares GPS en los animales.
De hecho, los grandes felinos permanecen en el lugar y trasladan sus hábitats a altitudes más altas donde cazan monos o perezosos. Durante la estación seca, sin embargo, cazan principalmente caimanes, que luego se concentran en pequeños cuerpos de agua a lo largo de los ríos. En comparación con su propia especie del Pantanol, que pesa más de 100 kilogramos, los jaguares de Mamirao son considerablemente más pequeños y livianos: pesan solo 50 kilogramos y, por lo tanto, requieren menos comida.
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