Handel tres veces para una larga vida

Handel tres veces para una larga vida

¡Una vez reina! La nobleza no solo vivió una buena vida, sino que, desde el exterior, una vida muy relajada y, a menudo, larga.

Por supuesto, si tiene mucho dinero, puede comprar atención médica de calidad. Pero una vida saludable significa hacer algo bueno para tu cuerpo y tu mente con regularidad. Acerca de la música.

El 17 de julio de 1717, hace 306 años, a las 20:00 hora local, el rey Jorge I de Inglaterra y su séquito se reunieron en el Támesis para escuchar el estreno de «Música acuática» de George Frideric Handel. La orquesta interpretó esta composición en 50 barcos. A Raju le gustaron tanto los 48 minutos de música que los reprodujo tres veces.

Todas las cosas saludables vienen de tres en tres: King George tocó Water Music de Handel tres veces.
© Edward Jean Conrad Hamman/Wiki CC

Si este pensamiento por sí solo contribuyó a la vida relativamente larga y saludable del rey de 67 años es una pregunta abierta. Pero cientos de años después del concierto barroco en el Támesis, los científicos todavía están tratando de averiguar qué sucede en el cuerpo humano cuando escucha música clásica.

Ahora se sabe que la música afecta el sistema nervioso autónomo, las células nerviosas que controlan el sistema cardiovascular. Especialmente la música acuática, significado La Liga Alemana de Hipertensión, una asociación profesional médica para la presión arterial alta, afecta la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como la presión arterial.

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Los investigadores también pudieron establecer un vínculo entre el melodrama y el sistema inmunológico. Después del tratamiento con música, el sistema inmunológico de los ratones pudo tolerar mejor los corazones trasplantados. Cuando los ratones escucharon música clásica durante la operación, aumentó la cantidad de células inmunes que evitan que el corazón trasplantado sea rechazado. Además, la proporción de sustancias mensajeras antiinflamatorias en los cuerpos de los ratones aumentó, mientras que las señales inmunitarias proinflamatorias disminuyeron. Los ratones del experimento vivieron más tiempo sin música clásica que después de un trasplante de corazón.

Depresión, ictus o demencia: la música clásica no cura enfermedades, pero tiene un efecto promotor de la salud. El escritor de estas líneas ahora también lo ha intentado con la música acuática de Haendel; queda por ver si tiene éxito.

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