Las sondas Voyager ahora se han utilizado 10 veces más de lo previsto. (Crédito: NASA/JPL-Caltech Photo Journal)
La Voyager 2 se lanzó en 1977 y todavía está en servicio. A la NASA se le han ocurrido algunas ideas para mantenerlo así.
La Voyager 2, lanzada en 1977, se encuentra ahora a 20.000 millones de kilómetros de la Tierra. Un nuevo hackeo de la NASA permite extender aún más la misión, que amenazaba con quedarse sin energía hace varios años. Esto significa que los ingenieros pueden continuar operando todos los instrumentos en el estudio, ya que esto es cada vez más importante.
Esto debería ser posible mediante una nueva medida de ahorro de energía y aprovechando la energía de reserva. Este último está disponible a bordo como mecanismo de seguridad para garantizar el suministro eléctrico. Este sistema protege a la Voyager 2 de las fluctuaciones de voltaje.
El nuevo truco toma una pequeña cantidad de electricidad de esta red, lo que permite que los cinco instrumentos científicos funcionen durante un corto período de tiempo. La persona a cargo El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA escribe: «Aunque el voltaje de la nave espacial no está estrictamente controlado, los sistemas eléctricos de ambas naves permanecen relativamente estables después de más de 45 años de vuelo, lo que reduce la necesidad de una red de seguridad».
Los hallazgos son más importantes que el ya pequeño riesgo de un pico de voltaje, razón por la cual JPL decidió seguir esta ruta. Suzanne Todd, gerente de proyectos de Voyager de JBL, dice: «Hemos estado monitoreando la nave espacial durante algunas semanas y este nuevo enfoque parece estar funcionando».
La energía de la Voyager es generada por tres generadores de radioisótopos termoeléctricos que convierten el calor de la descomposición del plutonio-238 en energía eléctrica. La degradación continua de este sistema significa que los generadores producen menos cada año. En el pasado, JPL apagó los calentadores y otros sistemas para ahorrar electricidad.
La científica del proyecto Linda Spilker explica por qué esto es tan importante: “Los datos científicos proporcionados por las sondas Voyager se vuelven más valiosos cuanto más lejos del Sol están. Así que estamos muy interesados en ejecutar tantos instrumentos científicos como sea posible.
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