Envejecer sanamente: nutrición en la vejez

Envejecer sanamente: nutrición en la vejez

El envejecimiento va acompañado de cambios en el metabolismo, la regulación del apetito y la composición corporal. Otro factor que no debe subestimarse es el estado y la salud bucal. La infancia, las influencias familiares y regionales, la situación económica y la movilidad también desempeñan un papel importante en la desnutrición en la vejez. Pero las limitaciones cognitivas, como la demencia, también pueden provocar desnutrición, ya que los afectados se olvidan de comer y beber o incluso pierden el apetito como consecuencia de una enfermedad.
Estos cambios aumentan el riesgo de desnutrición. Muchos adultos mayores con desnutrición son atendidos en entornos ambulatorios.
Como resultado, la desnutrición se vuelve más importante con la edad. Esto puede conducir a una pérdida de peso significativa. Esto puede deberse a un deterioro de la salud, pero también puede surgir como consecuencia de estancias hospitalarias, multimorbilidad, multimedicación o aislamiento social y/o enfermedades depresivas. Sin embargo, la desnutrición puede promover otras enfermedades.
No existe un envejecimiento normal ni una progresión normal de la edad. Con la edad, los requerimientos energéticos disminuyen como resultado de una disminución de la masa muscular activa debido a una menor actividad física. Pero la necesidad de minerales y vitaminas permanece casi sin cambios. Se mantiene
Asegúrese de llevar una dieta que satisfaga sus necesidades y realizar actividad física adecuada a su edad a medida que envejece. La desnutrición es más difícil de tratar en la vejez, por lo que la prevención primaria es aún más importante. Una dieta equilibrada es clave para el bienestar físico y mental a medida que envejecemos. Consiste en una dieta rica en frutas y verduras y especialmente en proteínas (1 g/kg/KG en la vejez). Además, consumo de productos cereales y ingesta adecuada de líquidos. En principio, lo mismo se aplica a los adultos jóvenes, sanos y activos. Con una dieta equilibrada y calóricamente adecuada, normalmente no se esperan síntomas de déficit.
Sin embargo, con la edad, el trastorno del metabolismo del calcio y la vitamina D ocurre con mayor frecuencia en las personas mayores, y la deficiencia de vitamina D es más común, por lo que se recomienda la suplementación con vitamina D. Debes aspirar a 1000 UI por día.
Junto con la desnutrición, la disminución de la movilidad y la actividad deportiva también pueden provocar degradación muscular. Por lo tanto, lo más eficaz es una combinación de una dieta sana y regular, una ingesta adecuada de líquidos y actividad física.
Por lo tanto, es importante prestar atención a lo siguiente:
– Comidas regulares
– Consuma frutas y verduras diariamente
– Ingesta adecuada de proteínas
– Ingesta adecuada de líquidos
– Ejercicio y actividades deportivas.
– Sustituto de vitamina D
Estas recomendaciones deben hacerse no sólo después de llegar a una edad adecuada, sino también antes para prevenir la pérdida de peso en la vejez, ¡por eso la prevención primaria es clave!

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